lunes, enero 04, 2010

En Cuanto a las Viejas Luciérnagas


Quizás parezca un poco largo, pero si han de empezar, terminen.

Gracias por Leerme.


Después de un tiempo me di cuenta de que no había forma de salvarla. Sus ojos ya estaban hinchados y hundidos, dándole un aspecto deforme. El doctor ya ha venido a visitarla cientos de veces. También le ha mandado docenas de medicinas, todas fracasan, estoy empezando a pensar que son agua con colorante amarillo o azul eléctrico. Cada vez que la veo me es imposible no imaginarla en un cofre de madera, cuya superficie tendría un par de imágenes religiosas a los lados, como a su madre le hubiera gustado. En cuanto a por qué ella quería un cofre para su hija, me parece torcida la idea. Sus cachetes blancos, supongo que los bañarán en rubor para darles un aspecto alegre y vivo. Unos labios pálidos y fríos como hielo, como piedras, con suaves superficies. Los gemidos mudos en la oscuridad, entre enceguecidas tinieblas, y de vez en cuando, gritos sordos. Presentimientos, pensamientos, todos agobiados y descarrilados en carreteras de un fin porvenir. En cuanto al dolor, pasivo e intenso, muerte lenta, madera vieja. Quien sufre más, quien duerme o el que mira en silencio, con miedo a enfrentar la realidad. Las luciérnagas brillan, luz impertinente e indeseable, aunque pecadora. Pequeños puntos de luz voladores en las viejas ventanas, por qué no serán helados me pregunto de vez en cuando. De nuevo te miro, con un miedo agobiante, consumidor, agridulce. Con un rostro viejo y destartalado me encuentro, perdido y sin mapa en el mundo, vagando, tomando los caminos incorrectos, directo a donde todo se apaga. Me acerqué un poco más, piel erizada y descontrolada, un beso, sutil. Aquellas diminutas bolas de luz seguían dirigiéndose hacia ella, mágico lugar, de sueños perdidos. Todo lo que veo son rostros sin expresión, simples, planos, ninguna emoción, mirando, vigilando con clara intensidad, espías de la muerte, testigos del amor. No hay apoyo, ético ni moral, religioso ni celestial. Otra vez te escucho, insomnio cada noche, todo en silencio, cuando el miedo siente vértigo y la luna intimidada, de estar tan sola, sin pareja, egoísta. Con gran vigor aumenta cada sonido de dolor, ya como un sonámbulo me dirijo al pequeño cuarto, el de los enfermos, el de los muertos. Siguen brillando, su rostro iluminado no parece tan indiferente, parece envuelta en vida, resplandeciente, una indiscreta sonrisa se forma en ella, feliz la miro. Cojo el pañuelo de la envejecida mesa, lo pongo delicadamente sobre la sonrisa, tapándola, sintiéndome culpable.

Hace unos meses te vi corriendo en medio del bosque, cogidos de la mano, sonriendo, felices, radiantes. Otro beso, otra caricia, futuramente perdida, en vano. Cuando tenías labios de colores intensos y bailabas con gracia. Momentos almacenados en la memoria, esperando que no contengan enfermedades. Eras de las personas que miran hacia abajo cuando hay presión, igual que como coges las manijas por debajo y te sientas con los brazos cruzados; todos lo saben, tan obvio, a la vez tan impredecible, como armar un rompecabezas con las fichas incompletas. Colores de primavera, olores de invierno, rostros de tiempos paralelos, momentos encarcelados sin llave, aprisionados. Me encontraste, me salvaste de la caída hacia los acantilados, saltos y remordimientos, gritos y pesadillas, ahora coherentes. Cómo dejarte aquí sola e insegura, en cáscaras de huevos, en vidrio peregrino. Tanto que dar, sólo yo para recibirlo, el resto se desgasta y desvanece con el aire; diferente al polvo, que vuelve a caer, éste se va sin reaparecer, supongo que al mago se le olvidó el truco. Ahora veo que todo es igual, la noche con el día, solo las circunstancias cambian, pero aquí, donde nada es perpendicular a las cosas, no existen, nada existe. Los momentos se dan por el destino, como en el metro donde te sentaste, cerca de mi, donde pusiste tu numero, dígitos, eso es relevante, qué son los sueños, todos defectos de la realidad. El dolor continuo en tu antigua cara, no ha de esperar la noche en que paren de brillar alrededor tuyo. Investigué que comen, todas las noches llevo unos bultos de arroz cocido, no puedo dejar que dejen de iluminar. Como espíritus se ven alrededor del cuerpo de piedra que posee la cama. Luego bajo a leer el periódico de el mes pasado, tantas veces lo he tenido que leer, los libros, donde se hospedan las termitas, hoteles, comunidades enteras, me acompañan. Familias completas, caminando en el papel, la devoran; después continuaran por acabar la casa, toda de madera, cuando se derrumbe, espero estar adentro para acompañarla, por eso las motivo, además no molestan y pagan renta. Un fuerte sonido, proveniente de aquel pequeño cuarto luminoso. Corrí lo más rápido que pude, era hora. La puerta estaba cerrada, dónde podría haber dejado las llaves, quizás las termitas la robaron, esas infelices. Con toda mi fuerza golpeé la puerta, por fortuna ya estaba vieja y se derrumbó rápidamente, en cuanto entré todo se encontraba fuera de foco. Ningún bombillo volador estaba ahí, todas las luciérnagas en el suelo, frías como rocas, a oscuras en tinieblas. Lagrimas empezaron a escurrirse por mis cachetes, todo se apagó en medio del suspenso, apagón nuclear, la luna huyó, y las luciérnagas se fundieron, con su corazón.

14 comentarios:

Daniel Pérez Penagos dijo...

Éste relato lo mandé a un concurso, pero sin respuesta alguna, me deleito con compartirlo con ustedes por medio de mi blog. Espero que lo disfruten tanto como yo escribiendolo.

Gracias.

Daniel Pérez Penagos dijo...

Recordando fragmentos de la Amnesia:

Además, para empezar bien el 2010!!!

Raúl dijo...

Intenso. Muy intenso.

Belén dijo...

Es bonito cómo está escrito, porque es algo que llega... y eso es difícil

Gracias

Besicos

pepa mas gisbert dijo...

Hay personas que cuando se van se llevan la luz con ellas.

Como dicen los demás comentaristas, muy intenso, escrito con el corazón.

Un abrazo

Pablo Forero dijo...

Este tipo de historias son las que te llegan fácilmente al corazón, con un nudo apasionante que te atrae a seguir leyendo y aventurarte cada vez más en aquellos mundos diversos. Es una de las razones por las que volveré a leerte.

Anónimo dijo...

Si todos pudiéramos describir la muerte de una manera poética, seguro sería tan excitante y apasionante, pero solo unos cuantos lo pueden hacer como lo haces aquí. Realmente esto que has publicado ahora es distinto a tus anteriores publicaciones.

ordago13 dijo...

Es pura prosa peoética, muy bien escrita y tiene algunas imagenes super-evocadoras.
"Como espíritus se ven alrededor del cuerpo de piedra que posee la cama. Luego bajo a leer el periódico de el mes pasado, tantas veces lo he tenido que leer, los libros, donde se hospedan las termitas, hoteles, comunidades enteras, me acompañan. Familias completas, caminando en el papel, la devoran; después continuaran por acabar la casa, toda de madera, cuando se derrumbe, espero estar adentro para acompañarla, por eso las motivo, además no molestan y pagan renta."

me ha parecido la mejor parte... el concepto de qur todo lo que hay alrededor tuyo se derrumba porque tu por dentro te estás derrumbando me encanta.
Siempre me ha gustado cuando en cuentos, libros o películas el caos exterior refleja el caos interior del que cuenta la historia.

gracias por tus visitas

ordago13 dijo...

P.D. no te tenía linkeado en mi blogroll ahora si..
Ha sido providencial que me recomendaras el texto me ha gustado, asi que te has ganado el link.
Te visitaré más a menudo.

También si quieres poner un link a 10 historias 10 canciones en tu barra lateral te lo agradeceré.

Celsa Muñiz dijo...

Un relato muy intenso, metafórico. Muy en tu línea.
Ahora, si me permites, te comentaré algunos detalles de concordancia: empiezas hablando de ella (como si contaras a una tercera persona), y luego a mitad del texto pasas a hablarle a ella. Eso me descolocó.
Por ejemplo, dices al principio:
“...no había forma de salvarla. Sus ojos…”
”… Sus cachetes blancos,…”
etc.
Y luego, más abajo, dice:
“...te sentaste…, te pusiste…, no puedo dejar que te dejen…” etc.

Luego cositas, casi sin importancia, como éstas:
“… en cuanto a el dolor”
Lo correcto es:
“… en cuanto al dolor”
y también aquí:
“… periódico de el mes pasado”
Lo correcto es:
“… periódico del mes pasado”

Y concordancias de artículo y nombre:
“… Sus cachetes (plural) blancos, supongo que los bañarán en rubor para darle (singular) un aspecto”
Lo correcto es:
“Sus cachetes blancos (plural), supongo que los bañarán en rubor para darles (plural) un aspecto”

En fin, pequeñeces que no bajan la calidad del relato, pero que en un concurso te las van a mirar, no lo dudes.
A ver si hay suerte y te lo premian.
Feliz Año.

Daniel Pérez Penagos dijo...

RAÚL: Esa es una de las sensaciones que quería que el escrito evocara. Gracias por leerme. Abrazos.

BELÉN: Siempre es un placer que el lector sienta una cercania con lo que escribo, y que le llegue y aprecio mucho tus comentarios. Besos.

ALMA: Aquella luz es la que más se siente en su ausencia, la que se extra;a. En realidad éste escrito si me esmeré bastante en escribirlo con el corazón.

PABLO: Primo!, me alegra poder compartir lo que escrito contigo y ahora que descubrí que tienes blog, aún mejor. Ja! más le vale que me siga leyendo.

MYNOR: Aprecio mucho tu comentario y muchas gracias por leerme y notar la diferencia entre éste post y el resto. Pero como todo, la mayoria de los posts son criticables y pues necesitan mejorar, bueno en realidad todos.

ORDAGO: Personalmente, me encanta hacer imagenes evocadoras, o aún mejor como dices, super-evocadoras. Y también personalmente me gusta mucho que la atmosfera represente la lucha interior de los personajes, de vez en cuando lo pongo en mis escritos. Saludos.

SINUOSA: Muy en mi línea? Ya tengo una línea? jaja. En realidad la segunda parte es parte de un recuerdo del narrador, de caundo ella estaba saludable y andaban enamorados perdidamente, pero sí quizás necesita más trabajo para que no descoloque a los lectores. Como siempre, aprecio muchísimo la energía que pones para que como escritor mejore. Besos.

Gracias por los comentarios.

Sinuosa dijo...

¿Sobre mi entrada "Desconocidos"?, nada, de momento la eliminé porque tenía algunos fallos que debo corregir. La colgaré cuando lo saque del taller de reparación, jeje. Es que ahora ando un poco liadilla.
Gracias por tu atención.
Cuidate.

Anónimo dijo...

Simplemente incrible historia, todo, como esta escrita, las imagenes que causas.. Sin palabras, escrita con detalle, cada palabra en su lugar preciso y armonioso!!
Me encanta.

anónimo 2 dijo...

Definitivamente espectacular, intenso, fuerte, llega a lo mas profundo del ser, toca todas las fibras del sentimiento, llevas al lector a sentir y ver el dolor de una manera especial!
.......deberias insistir en enviarlo a un concurso!, es increiblemente hermoso!

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